"CUANDO OS
ARRESTEN,
NO OS PREOCUPÉIS DE LO QUE VAIS A DECIR
O DE CÓMO LO DIRÉIS:
NO
SERÉIS VOSOTROS LOS QUE HABLÉIS,
EL ESPÍRITU DE VUESTRO PADRE HABLARÁ POR
VOSOTROS"
(Mt 10, 19-20).
«En el clima jubiloso de la Navidad, esta conmemoración
puede parecer fuera de lugar.
La Navidad, claro, es la fiesta de la vida y nos
infunde sentimientos de serenidad y de paz.
¿Por qué oscurecerla con una
violencia tan atroz?
Pero en realidad la fiesta de San Esteban está llena de
sintonía con el significado profundo de la Navidad: l
a Iglesia ve en el
sacrificio de los mártires su «nacimiento en el cielo».
Celebremos hoy, por
tanto, el «nacimiento» de Esteban, que brota de la profundidad del Nacimiento
de Cristo» (Papa Francisco).
La muerte de Esteban es narrada con bastantes detalles
para presentarlo como testigo.
Predica con coraje y muere perdonando y
confiándose al Señor resucitado.
Es que estaba «lleno de Espíritu Santo».
El mismo Espíritu que -en palabras de Jesús- garantiza la asistencia a los
discípulos que, en cualquier época, deben dar testimonio de él.
No podemos
olvidar que el testimonio cristiano supone sufrimiento, sobre todo cuando se da
oposición o indiferencia en personas cercanas.
• Señor Jesús: que el martirio de Esteban nos ayude a no vivir superficialmente este tiempo de Navidad.
Nace Jesús, el príncipe de la paz, y en torno
a Él surgen la persecución y el martirio.
¡Qué misterio!
Muchas familias son
hoy perseguidas por muchas razones, también por amar a Jesús.
¿Será el momento
de abandonar ante la persecución?
No, el Espíritu hablará por nosotros.
“La
familia ha sido siempre el “hospital” más cercano.
Curémonos, estimulémonos
unos a otros, y vivámoslo como parte de nuestra espiritualidad familiar” (AL 321).
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