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Mostrando las entradas etiquetadas como oveja perdida

Me buscas, me llamas y me amas

    “Vuestro Padre del cielo  no quiere que se pierda  ni uno de estos pequeños”   (Mt 18,14)      —Va en busca de la perdida Tú, Señor, no quieres que se pierda ninguno de tus hijos. Quieres tenernos a todos contigo en el cielo. Eres el buen pastor que nos buscas con amor y dolor cuando nos perdemos por nuestros pecados. Verdaderamente no quieres la muerte del pecador sino que se convierta y viva. Tú persigues al pecador, y no paras hasta que lo encuentras. Qué consoladoras son esas palabras tuyas, Señor: no he venido a buscar a los sanos sino a los enfermos. En mis horas de lucha y de oscuridad, no dejes nunca de buscarme Jesús; no permitas nunca que me pierda, que me separe de Ti. Hazme experimentar tu infinita misericordia. Cógeme y ponme sobre tus hombros. Oh Señor, ayúdame a imitarte en la solicitud por la oveja descarriada. Que nunca desprecie a nadie, aunque me parezca que se equivoca o que hace el mal. Enséñame a...