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Mostrando las entradas etiquetadas como confianza

Nos quiere

  "Un discípulo no es más que su maestro."    (Mt 10,24-33). Todos somos discípulos y aprendices del arte de vivir. Nos pasamos la vida buscando referentes y maestros que nos enseñen a ser plenos. Los que hemos conocido a Jesús tenemos una luz que nos guía, el camino, la verdad, la vida. Y los que intentamos pobremente seguir sus pasos recibimos diariamente la mayor recompensa: su compañía. Su Palabra diaria, su comprensión, su agradecimiento. Vivamos cada día como discípulos, sin que nos agobie nuestra lentitud. Si Jesús nos dice que no temamos, pues a vivir sin miedos. Jesús nos recuerda que la vida no es el valor supremo; que hay valores más elevados. Por eso no hemos de temer el perder la vida, si esta se entrega, como hizo Él, por los demás y por cumplir la voluntad de Dios. En nuestra cultura hedonista es difícil entender esta generosidad En el Evangelio de hoy Jesús hasta tres veces nos repite: “No tengáis miedo”. No debemos tener miedo a nada ni a nadie porque ...

No soy digno

  "Jesús se puso en camino con ellos.  No estaba lejos de la casa" .  (Lc 7,1-10).   Cuando uno confía en el Señor, allana el camino para que él intervenga. El centurión confiaba plenamente en Jesús. Por eso dice que no es necesario que entre en su casa (le evita así incurrir en impureza) que basta que lo diga de palabra para que su criado quede sano. Y así fue. No estás lejos de cada una de nuestras casas, de nuestras vidas, de cada movimiento del corazón.  Fuiste a visitar al centurión porque su criado estaba enfermo. Conoces lo que nos enferma y entristece.  Nuestra fe te deja sitio, en medio del trasiego de cada día, para que sanes, para que renueves, para despertar la gratitud, en medio de las exigencias y las decisiones.     Una palabra tuya sigue siendo imprescindible para vivir salvados. "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero di una sola palabra y mi criado quedará sano". Considerarnos pequeños ante su grandez...

"Ven"

  “Mándame ir a ti sobre el agua”.   ( Mt 14, 22-33).  Dios se hace presente en el susurro de una brisa, dice el 1 libro de los Reyes. En evangelio en cambio, en medio de la tormenta. Dios siempre nos sorprende. Elías esperaba su paso de un modo espectacular. Resultó que llegó de un modo que no esperaba. Nuestro Dios es el Dios de las sorpresas. «¡No tengáis miedo!» nos dice Jesús. A su lado el viento se calma... sigue extendiendo su mano hacia nosotros... Lo sabemos... ¿por qué seguimos dudando? La fe nos falla, la duda nos asalta. Confiamos a medias. Los mares encrespados buscamos atravesarlos por nuestras fuerzas. Las olas nos sacuden y nos asustamos. El miedo nos domina porque falta creer de verdad. Ir a quien nos llama porque nos ama, y amaina todo viento. La fe no sirve para el que busca seguridades. Seguir a Jesús, confiar en él, es lo más parecido a bajar de la barca y ponerse a caminar sobre las aguas al oír decir al Señor "ven", convencidos de que, ...