Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

La misericordia de Dios

  "Jesús, se puso en medio y les dijo:  «Paz a vosotros»."      (Jn 20,19-31). En todos los encuentros con el Resucitado, Jesús viene a darnos lo que nos falta. Si vivimos con miedo, cerrando puertas: nos da su paz. Si sentimos que las redes de lo vivido están vacías: las llena con una pesca milagrosa. Si el desánimo y la tristeza nos hacen huir: nos enciende el corazón. Si la culpabilidad por la traición nos envuelve en lágrimas: nos vuelve a confiar la misión. Si estamos desconsolados llorando junto al sepulcro: nos llama por nuestro nombre y nos abraza. “Hemos visto al Señor” Queremos pruebas para creer sin darnos cuenta que el amor no busca pruebas sino que confía. Andamos muy escasos de confianza, porque más que abrir el corazón a los demás lo cerramos a nuestro egoísmo. Pero el Resucitado nos envía a la misión de anunciar la misericordia de Dios. "Sé misericordioso, como Jesús es misericordioso contigo"..., es el arte de Vivir, el sentido de ...

Signos de misericordia

  «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Jn, 20, 21   Jesús no tiene miedo de nuestras crisis. Él siempre vuelve, cuando se cierran las puertas y cuando dudamos. Siempre vuelve, y no con signos poderosos que nos harían sentir inadecuados, sino con sus llagas, signos de su amor. "Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros". Es el modo más lindo de hacer que la parálisis se vuelva actividad. Voy, me acerco, te recojo y te levanto. Y te sigo confiando la misión de ser constructores del Reino. El dolor y la frustración invitan a detenerse. Todo se para, la ilusión, la alegría, la confianza. Han visto a Jesús muerto en la cruz. Y Él llega, se pone en medio y ofrece aquello de lo que carecen. Paz a todos. Jesús resucitado muestra su carnet de identidad para eliminar dudas: sus manos agujereadas y su pecho traspasado. Y no es suficiente para Tomás el ausente. Exige más   para creer “Si no meto el dedo en el agujero de l...