"Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros»." (Jn 20,19-31). En todos los encuentros con el Resucitado, Jesús viene a darnos lo que nos falta. Si vivimos con miedo, cerrando puertas: nos da su paz. Si sentimos que las redes de lo vivido están vacías: las llena con una pesca milagrosa. Si el desánimo y la tristeza nos hacen huir: nos enciende el corazón. Si la culpabilidad por la traición nos envuelve en lágrimas: nos vuelve a confiar la misión. Si estamos desconsolados llorando junto al sepulcro: nos llama por nuestro nombre y nos abraza. “Hemos visto al Señor” Queremos pruebas para creer sin darnos cuenta que el amor no busca pruebas sino que confía. Andamos muy escasos de confianza, porque más que abrir el corazón a los demás lo cerramos a nuestro egoísmo. Pero el Resucitado nos envía a la misión de anunciar la misericordia de Dios. "Sé misericordioso, como Jesús es misericordioso contigo"..., es el arte de Vivir, el sentido de ...