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Mostrando las entradas etiquetadas como Testigo

Testigo

  "Vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo."    (Jn 15,26-16,4a). Valoramos la autenticidad de un suceso según la veracidad de quien da el testimonio. Para desacreditar a Jesús de Nazaret muchos manipulan interesadamente los textos evangélicos. Sin embargo, la verdad se abre paso: es el Espíritu de la verdad el que da testimonio de Jesús. Aprecia a los que dicen la verdad; favorece lo que tenga que ver con la verdad. Ven, Espíritu Santo.  Que la mentira del mundo no me alcance.  Guíame a la verdad completa. No es fácil ser testigo del evangelio, pues a veces nos llevará ir en contra de lo que la sociedad piensa, debemos saber que no podemos callar, que la fuerza del Espíritu nos lleva a denunciar las injusticias. El Paráclito, el Espíritu de la verdad, el que procede del Padre, el que da testimonio de Jesús. Con él podemos dar testimonio. Por él superaremos miedos y escándalos. En él soportaremos la exclusión, la incompren...

Testigo de tu verdad

  "Sus discípulos recogieron el cadáver,  lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús".   (Mt 14,1-12). Nuestra oración en ocasiones es contarle a Jesús malas noticias. Orar nunca nos evade de lo doloroso y lo triste. Jesús nos pide: "dame tu corazón". Tal y como esté. A veces agradecido y alegre. A veces herido y desolado. En ambos casos encontramos acogida, compañía, sentido, consuelo. Juan el Bautista con su martirio fue mostrándole a Jesús los pasos de cómo sería su final. Fue precursor en el anuncio. Y fue precursor en entregar la vida hasta el extremo. "Mandó decapitar a Juan" La incoherencia de Herodes le lleva a matar a Juan.   Lo admiraba, pero no lo respetaba. Lo cuestionaba pero no reaccionaba. Se dejó llevar por un juramento y los invitados para matarlo. Los motivos externos, el quedar bien, pudieron más que la propuesta de conversión. Herodes solo piensa en él, sabe que lo hace mal, tiene miedo por ello. Se siente un 'pequeño dio...

A servir

  "El que quiera ser grande entre vosotros,  que sea vuestro servidor,  y el que quiera ser primero entre vosotros,  que sea vuestro esclavo."   (Mt 20,20-28).   Hoy celebramos a Santiago nuestro patrón y recibimos de él un encargo: servir. No es humillación, ni sumisión. Es mirar la vida del otro con la misma mirada de valoración de Dios. Es reconocer nuestras vidas como extensión de la misma vida de Dios para poder regalar a cada persona el amor que le haga sentir que vivir merece la pena. El Apóstol Santiago será el primero entre los Apóstoles en sellar con su sangre el testimonio de la fe. La tradición lo sitúa en el Finis Terrae. Alli, en el Campus Estellae, se establecerá el tercer lugar de peregrinación, junto al Santo Sepulcro del Señor y el Sepulcro de Pedro. “El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida”.   ¡Qué bien describen a Jesús estas palabras! Vino para dar vida a todos. Dio vida sirviendo...