“Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz” (Lc 16, 1-8). Jesús, con la parábola del administrador infiel, nos recuerda que los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz, y nos invita a ser astutos para anunciar y predicar el Evangelio El administrador se ha creído dueño. Ha dispuesto de los bienes y su posición para lucrarse y malgastar. Sin embargo, es capaz de obrar con astucia para no verse en mala situación. Se ajusta con los deudores para corregir su mala actuación y su trato injusto. Dichosa la comunidad que llega a ser un abismo de bondad; Cristo se trasluce incomparablemente en ella. «Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz» Él mismo nos recuerda que ser astuto no está reñido con el buen actuar con los demás. Aprovechar las circunstancias, si es por el bien que podemos hacer, es mejor que quedarnos parados sin hacer nada. Esta afirmación del Señor no...