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Mostrando las entradas etiquetadas como casa

Dos actitudes

  "Y la casa se llenó  de la fragancia del perfume."   (Jn12,1-11). La Semana Santa es un tiempo de gracia que el Señor nos da para salir al encuentro de Jesús, y para llevar a los demás la luz y la alegría de nuestra fe. Hagámoslo con amor y con la ternura de Dios, con respeto y paciencia, sabiendo es Él quien nos guía. El mundo está necesitado de buenos olores. Llenemos el mundo de la mejor fragancia: el Amor de Dios. Salgamos… ¡seamos “Iglesia en salida”! Ved la humildad de esta santa mujer. Comienza por los pies para merecer llegar hasta la cabeza. No limpia los pies del Señor con una toalla, sino con sus propios cabellos, para honrar mejor al Señor. Así prefiguraba a la Iglesia, que ha ofrecido a Cristo la devoción plena de su fe (Cromacio de Aquileya) Jesús va a Betania, a la casa de los amigos, para descansar y seguir camino hacia Jerusalén, donde entregará su vida. Betania es lugar de encuentro, de amor gratuito, de servicio esmerado, hogar donde se acoge la vid...

La casa de Dios

"Escrito está: “Mi casa será casa de oración”. (Lc19,45-49). Cada una de nuestras vidas es "casa de oración", tienda de encuentro, entre lo divino y lo humano. En cada diálogo que tenemos con personas que nos enriquecen y ayudan. Oración es comunicarse con Jesús y acoger su voluntad en lo que se nos ofrece vivir. Si activamos en nuestro interior la confianza de sentirnos habitados por Dios. Cuando se encienden las luces de la fe, toda la realidad se convierte en historia de salvación. Aparece la magia y el asombro. Jesús entra en el templo y echa a los vendedores. Habían confundido un lugar de culto, de oración, de encuentro con un mercado. Cuando no estamos pendiente de Jesús, escuchándolo, el peligro es convertir su seguimiento en un negocio que aporta beneficio e intereses. «Mi casa será casa de oración» Lugar de encuentro, con Dios y los hermanos. La oración nos hace sentirnos familia que comparte. No podemos convertir la casa común en un lugar de jerigon...

Es urgente

  "Zaqueo, baja en seguida,  porque hoy tengo  que alojarme en tu casa".   (Lc19,1-10). El encuentro con Zaqueo no es casual. Zaqueo busca a Jesús y Jesús busca a Zaqueo. El ingenio de Zaqueo supera el obstáculo de su estatura y de la gente. Provoca que Jesús lo vea y se quede en su casa. La respuesta de Zaqueo será compartir más allá de lo justo. Qué escandaloso tuvo que ser que Jesús se fijara en un jefe de publicanos, un hombre de mala reputación, pero ¡lo hizo! Y Zaqueo acoge su Salvación, vive una transformación de vida (conversión) y le retribuye el dinero a quienes había defraudado. Reconocer al Hijo de Dios como único Salvador nos acerca a la esperanza fundada de que todo ser humano es buscado por él y, por tanto, tiene a su alcance la salvación. Zaqueo, recaudador y pecador público, estaba condenado. Pero por encima de condenas está la misericordia divina "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". El encuentro con Jesú...