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Mostrando las entradas etiquetadas como pecado

Sanar heridas

"Si te hace caso, has salvado a tu hermano"    (Mt 18, 15-20). El pecado es ruptura, alejamiento y dolor. Las relaciones son complejas. Las actitudes egoístas, inmaduras, cerradas crean conflicto y hacen daño. Es preciso corregir y ser corregido. Aceptar la verdad en quien la dice y la escucha. Buscar el encuentro y la comunión. Hoy Jesús nos instruye sobre la reconciliación y la importancia de resolver nuestras diferencias.   El evangelio nos habla sobre la corrección fraterna.   Se corrige con cariño, pensando en el otro que es el protagonista, con palabras delicadas, con caricias que facilitan encuentro. Se corrige al hermano comenzando con una escucha, activa, intensa y sin prejuicios. El otro es mi hermano, lo corrijo con amor. Reflexiona sobre las relaciones de tu vida. Piensa un poco en si hay alguien a quien necesitas perdonar o pedir perdón. Ora pidiendo al Espíritu Santo que te guíe en el camino de la reconciliación y te dé la gracia de restaurar en el a...

La primera...

  «El que esté sin pecado,  que le tire la primera piedra».   (Jn 8,1-11). El evangelio nos presenta el episodio de la mujer sorprendida en adulterio. Mientras los escribas y fariseos quieren lapidarla, Jesús devuelve a esta mujer la belleza perdida y escribe para ella una nueva historia. La mujer sorprendida en flagrante adulterio viene sola, señalada, acusada y condenada. Los hombres la tachan de adulterio. A ella. Jesús escribe en el suelo. Una mujer pecadora y todos los demás acusadores. Que tire piedras el que no sea pecador. Todos se fueron.         Una vez más, Señor, tu cercanía, tu compresión, tu acogida. Una vez más desarmas a los armados de la ley, de la verdad, de la justicia,  para llevarlos al terreno de la misericordia. De tu misericordia. Una vez más, Señor, hoy, pones delante de nuestros ojos un espejo,  para que mirándote nos veamos… y nos convirtamos a vivir, ya sin reservas, la alegría de tu evangelio. Acostumbrados a cond...

Con autenticidad

  “El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa”     (Mc9,41-50).     Un vaso de agua, pequeña ayuda pero tan necesaria para el que va de camino llevando el Evangelio de Jesús. La ayuda a los ojos del Señor siempre es valiosa, merecedora de estima y premio: Una buena llamada a romper la propia autosuficiencia para mirar la necesidad de los demás. La misericordia de Jesús te ofrece un tiempo nuevo para que puedan germinar en ti la paz y la fraternidad. La última palabra la tiene la misericordia. La última palabra la tiene el amor. Interésate por las personas: que vivan en plenitud y sean felices. Esa es la mejor forma de dar agua. Cada día me acerco a tu fuente para aprender a amar. Tu Espíritu me acompaña. Ofrezco el vaso del agua para que beban  los que tienen sed de ti.  Me abro confiado a tu amor,  regalo la sonrisa que brota del encuentro contigo. Jesús nos advierte sobr...

Un verdadero encuentro

  "Sus muchos pecados  han quedado perdonados,  porque ha amado mucho,  pero al que poco se le perdona,  ama poco."   (Lc 7,36-50). La mujer solo piensa en Jesús, en estar con Él, en lavarle los pies, en cuidarlo. No le pide nada y recibe todo. Su fe la cura, la salva. El gesto de Jesús con ella le devuelve toda la dignidad que le habían quitado con su crítica los amigos de Simón y el mismo al acusarla públicamente. La mujer pecadora tiene un verdadero encuentro con Jesús que le cambia la vida. Lo que produce el encuentro es el amor, que a su vez facilita el perdón. Es fácil juzgar a las personas por la apariencia. El riesgo es caer en una distorsión de sus cualidades y centrarse en lo negativo. Jesús mira el corazón. La disponibilidad al amor y al perdón. Quien reconoce su limitación y su pecado, deja espacio para ser amado. En la relación personal con el Señor, lo que cuenta es el amor. Al fariseo que invitó a Jesús a su casa, le sobraba cortesía y...