Amigos

 


“Amigos del novio”.
(Lc 5,33-39).

“¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos?” El ayuno es la respuesta a una pérdida. La falta de apetito por la tristeza o el malestar. Cuando es voluntario remite a una renuncia. Jesús invita a la alegría por su presencia. A la fiesta y la comida. A vivir la novedad que trae, acogiéndola con actitudes nuevas.

“Amigos del novio”. Así llama Jesús a los discípulos. El novio es Él. Amigos esperando una fiesta, un encuentro inolvidable. Ser amigos del novio es conocerlo bien, saber de sus cosas, estar pendiente de Él, esperar juntos el día de la boda, preparar con Él el banquete. Somos los amigos de un novio único, enamorado de la humanidad, dispuesto a dar la vida por ella, completamente entregado a la misma para que su amor la cambie, la transforme, la llene de sentido.

Señor, dame un corazón abierto para acoger tu novedad y dejarme transformar por tu amor. 

"A vino nuevo, odres nuevos." En todo hay un contenido y un recipiente que lo contiene. Las formas importan tanto como el contenido. Y es vino nuevo lo que Jesús aporta a nuestra vida. Vino joven, vital, alegre, que responde a las necesidades que tenemos las personas hoy. Es cierto que heredamos una rica tradición de siglos. Pero como discípulos de Jesús se nos confía actualizar el anuncio de lo que plenifica y salva lo humano. Inventarse sin traicionarse. Esa es la responsabilidad que nos toca. Brindar el encuentro con Jesús a tantos que lo buscan.


«A vino nuevo, odres nuevos»
Queremos que nada cambie para no molestarnos en esforzarnos al anunciar la buena nueva teniendo en cuenta la realidad que tenemos delante. No se trata de cambiar el contenido sino de saber anunciar con palabras que se entiendan en cada momento. La fuerza de la costumbre hace rechazar el cambio y la novedad. Pero Dios es la eterna novedad. Jesús es la novedad en medio de nosotros. ¿Quién te guía en tu caminar? ¿La costumbre? ¿Que las cosas siempre se han hecho así? ¿O más bien la experiencia de novedad de Jesús que nace en tu corazón?  El Evangelio de Jesús implica una novedad radical. Ante tal novedad no caben componendas ni acomodaciones. Requiere un corazón nuevo y un espíritu nuevo capaces de acogerlo y vivirlo. Quien dice acoger el Evangelio y no experimenta su novedad radical es que ha acogido otra cosa.


Madre de la Nueva Alianza

Virgen María, Madre llena de gracia, tú que recibiste en tu seno al Verbo Divino, como un odre nuevo y puro, enséñanos a recibir el vino nuevo del Espíritu con humildad y apertura de corazón.

Que, como tú, seamos dispuestos a acoger la novedad del Reino de Dios, renovando nuestras vidas para que puedan ser transformadas por la presencia del Amor eterno.

Tú que supiste decir "sí" a la voluntad de Dios,
ayúdanos a ser valientes y obedientes en nuestro caminar de fe, dispuestos a ser instrumentos de Su gracia.

Que, al igual que el vino nuevo que se vierte en odres nuevos, nuestras vidas se llenen de tu amor y de la luz de Cristo, y así podamos reflejar la belleza de Su Reino en el mundo.

Madre Santísima, intercede por nosotros para que siempre sigamos el camino de tu Hijo, y nuestra fe se renueve constantemente para vivir según la voluntad de Dios. Amén.

 

 

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