"El que escucha la Palabra y la entiende; ése dará fruto." (Mt 13,18-23). Jesús invita a todos a acoger el Evangelio y a no dejar que la Buena Noticia de la Salvación la ahoguen las dificultades y entretenimientos de este mundo pasajero. Prepara tu tierra para que la semilla del Reino de fruto en tu vida. El Divino Sembrador esparce la semilla de la Vida. Recibe su Palabra, procésala y permita que viva y dé fruto. Somos la tierra. Dejemos que el sembrador la mueva, la cultive, la cuide, la prepara, la haga fértil. Cuando su semilla se rompa dentro de nosotros, se abrirá el corazón para dar sus frutos, se moverán nuestras manos y pies para transformar el mundo. Somos tierra buena, nos lo tenemos que creer. Sin miedo debemos abrir nuestra vida a la Palabra, semilla maravillosa que Dios da para cada uno de nosotros. No estamos llamados a dar mucho, estamos llamados a dar todo, cada uno desde su singularidad. Abrirnos, como tierra buena que somos, a una Palabra que nos...