“Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor” (Jn 15,9-11). No hablamos de lo que es el amor. Lo hemos convertido en reconocer nuestros errores y pedir perdón o lo usamos para aprovecharnos del otro. Debemos aprender a descubrir el amor como encuentro con aquel que vive y cree con nosotros. Jesús nos pide que permanezcamos en el amor, comprometidos con los que están en las orillas, entregando la vida por ellos, sobreponiéndonos al cansancio y agarrándonos con fuerza a la esperanza. Cuando el amor se extiende por el mundo, se alegra el corazón del Padre. Orar es vivir la gozosa experiencia de la gratuidad; es dar a todos, gratuitamente, acogida, comprensión, ayuda, perdón, amor, unidad, un hueco para todos los que tienen sed del Agua viva. "Permaneced en mi amor". Déjate querer y abrazar por Dios. No te encierres en el dolor. Ábrete a ese Amor que cura, que sana... Sentir ese abrazo de Dios, te aseguro...