" Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo." (Mt 25,31-46). Venid los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré. Venid porque yo ya estoy. He venido a cuidaros, a acompañaros, a quereros. El juicio no será en el futuro. El juicio es hoy. Vuestra capacidad de cuidar a los que tenéis cerca es lo que os hace iguales a mí. El desinterés o la indiferencia frente al sufrimiento del otro es lo que os encierra en el castigo más grande que podéis vivir: la soledad. Cristo es nuestro rey . Un rey que se hace presente en el hermano desnudo, hambriento, sediento, solo, preso o enfermo. No habita palacios sino corazones. Él es un rey diferente, que nos conoce y sabe lo que hacemos, que valora el darse y el hacer por y con el hermano. Él es un rey que da la vida y nos propone que la demos nosotros, un rey que no tiene ni súbditos ni siervos, que tiene amigo...