« ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir? » (Marcos 3,1-6) “Estaban al acecho...” ¿Cómo estamos ante el Señor? ¿Cómo un siervo ante su amo, como un hijo ante su Padre? ¿Quejándome? ¿Distraídos, de espaldas? ¿Atentos para agradarle en todo cómo un buen hijo ante su Padre? ¿Cómo un salvado ante su Salvador?... Él siempre nos tiene ante sus ojos, ante su mirada... ¿le tenemos nosotros a Él? Nos reserva el mejor lugar: si mismo Corazón: ¿nos adentramos en Él? Jesús siempre antepuso el bien del hombre al cumplimiento de la ley. Si el amor reina en el corazón, sobran las normas. Amor que crece y crece llenando todo el ser. Misericordia que ocupa todo el espacio y no deja lugar para el odio, la condena, o la venganza. Convertir el corazón, vaciarlo de todo lo que estorba al amor, es tarea de toda la vida. Poner en el centro de la mirada, de la vida y la misión a los que sufre...