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Mostrando las entradas etiquetadas como ciegos

Mi luz y mi salvación

  «¿Creéis que puedo hacerlo?»  (Mt 9,27-31) Jesús de Nazaret parece condicionar su acción sanadora y salvífica a la fe y confianza que depositan en él.   A los dos ciegos que le piden, por compasión, recobrar la vista, les pregunta: "¿Creéis que puedo hacerlo?"   No les pregunta si creen en sus poderes sino si creen en él. Jesús no impone, propone. Busca la fe en él al preguntarles a aquellos ciegos. Él les toca los ojos, pero les sucederá según la fe que tiene. Y se les abren los ojos. Comienzan a ver la vida desde una nueva perspectiva. Una visión que no se dice. Se vive. «Que os suceda conforme a vuestra fe» Cuando la fe es grande la vida se convierte, no en un compendio de actos mágicos, sino en una vida plena por haber encontrado a quién va a acompañarnos y dará sentido a lo que nos sucede caminando a nuestro lado en lo bueno y en lo regular. La mirada compasiva lleva siempre a la acción. Jesús los toca, ellos ven, "se les abrieron los ojos'. ¡¡¡Menud...

Mirando

  "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?"    (Lc 6,39-42).   Es obvio que un ciego no puede guiar a otro ciego. Sin embargo, nuestra vida está llena de este tipo de intentos: nos erigimos en guías sin ver o elegimos guías ciegos. Nos situamos con facilidad como guías de los otros, sin ser muy conscientes de que nuestra ceguera es la misma. Es preciso recobrar la vista para ser ayudados y poder ayudar a los demás. Solo reconociéndonos ciegos podemos acompañar en la ceguera y dejarnos guiar por el Señor. Lámpara es tu Palabra para mis pasos "Cuando termine su aprendizaje, será como su maestro." Ser discípulo de Jesús es ser su aprendiz. Es para toda la vida este camino de fijar los ojos en él e intentar vivir como vive Él. Y pasar de discípulos a apóstoles. Dad gratis lo que gratis recibimos. Con caídas, con olvidos, con pasos tambaleantes y dudosos. Pero al final del camino, seremos compasivos y misericordiosos. Seremos semejantes a Jesús porque le veremos ...

¡Mirar con otros ojos!

  «¿Creéis que puedo hacerlo?».   (Mt 9,27-31).       Los ciegos le piden a Jesús. Él les pregunta por su fe, y ellos creen. Les toca los ojos, y sucede como ellos esperan. El primer paso es descubrir la ceguera. Ceguera que cierra la mente a comprender, el corazón a amar, la vida a darla. Que se abre si lo pedimos. La fe nos abre los ojos a la realidad de Dios y llena nuestra vida de sentido.   ¡Ven,   Señor Jesús! En la vida suceden las cosas conforme a nuestra fe. Si tu fe es pequeña pocas cosas le permites hacer a Dios, pero si la fe es grande entonces verás las maravillas de Dios contigo. ¡Hijo de David, ten misericordia de mí, auméntame la fe! La fe es abrir la puerta a una existencia acompañada. Saber que no todo lo que ocurre tiene que ver con mis planes. Que hay a nuestro alrededor demasiadas cosas que ocurren, que pasan y que son regalos de parte del Dios providente que nos acompaña y cuida. La fe es un proceso. Al principio pensamo...