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Mostrando entradas de diciembre, 2013

¡FELIZ AÑO QUE TERMINA! ¡FELIZ AÑO NUEVO QUE COMIENZA

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ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA DEL PAPA FRANCISCO

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Jesús, María y José, en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de obstinación y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, que el próximo Sínodo de los Obispos haga tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén

Dios ha querido nacer en una familia humana...

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En este primer domingo después de Navidad, la Liturgia nos invita a celebrar la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. En efecto, cada pesebre nos muestra a Jesús junto a la Virgen y a San José, en la gruta de Belén.                                                         Dios ha querido nacer en una familia humana, ha querido tener una madre y un padre.                                                                         Como nosotros. Y hoy el Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia en el camino doloroso del exilio, en busca de refugio en Egipto.                       José, María y Jesús experimentan la condición dramática de los prófugos, marcada por el miedo, la incertidumbre y las estrecheces (Cfr. Mt 2, 13-15.19-23). Lamentablemente, en nuestros días, millones de familias pueden reconocerse en esta triste realidad.                                                Casi cada día la televisión y los periódicos dan noticias de próf

En el día de San Esteban: "Hoy oramos en modo particular por los cristianos que padecen discriminaciones a causa del testimonio de Cristo y del Evangelio"

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Queridos hermanos y hermanas: 

   La liturgia extiende la Solemnidad de la Navidad por ocho días: ¡un tiempo de alegría para todo el pueblo de Dios!   El libro de los Hechos de los Apóstoles nos lo presenta como un “hombre lleno de fe y del Espíritu Santo” (6,5), elegido junto a otros seis para el servicio a las viudas y a los pobres en la primera comunidad de Jerusalén. Y en este segundo día de la octava, en el gozo de la Navidad se introduce la fiesta de san Esteban , el primer mártir de la Iglesia. Y nos relata su martirio: cuando, después de un discurso de fuego que suscitó la cólera de los miembros del Sanedrín, fue arrastrado fuera de los muros de la ciudad y lapidado. Esteban murió como Jesús, pidiendo el perdón para sus asesinos. (7,55-60). 

 En el clima alegre de la Navidad , esta conmemoración podría parecer fuera de lugar. La Navidad en efecto es la fiesta de la vida y nos infunde sentimientos de serenidad y paz; ¿por qué turbar el encanto con