«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?». (Mt 21,23-27) A veces la vida y el comportamiento de los otros hace que nos cuestionemos como vivimos, y no nos gusta. Para aliviar la conciencia, decimos que no son nadie para enseñarnos, olvidamos que la respuesta está en el cambio de nuestra forma de ser. La autoridad tiene su origen en una vida coherente con la voluntad de Dios. Sin este cimiento, aparece el autoritarismo y el fundamentalismo. El discernimiento es la herramienta necesaria para hacer lo que Dios quiere. El fruto será la justicia, el bien y la verdad. «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?». Le cuestionan a Jesús con qué autoridad habla en nombre de Dios. Ciertamente es un atrevimiento poner nuestras palabras humanas al servicio de Dios. ¿Cómo voy a saber yo lo que Dios quiere para ti? Lo que nos da autoridad es reconocer lo que Dios hace en nosotros. Logra cada día mantene...