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Mostrando las entradas etiquetadas como Sábado V Cuaresma

«¿Vendrá a la fiesta?»

  "Jesús iba a morir por la nación;  y no solo por la nación,  sino también para reunir  a los hijos de Dios dispersos."   (Jn 11,45-57). Él es apreciado, todos quieren escucharlo, con Él la fiesta adquiere otra dimensión. Quieren conocer sus propuestas de liberación, de Dios que es un Padre cercano, de una manera nueva de entender las relaciones entre los hombres de este mundo. Fue a la fiesta, es la Pascua. No puede dejar de celebrar la liberación de su pueblo, seguir proponiendo un reino de libertad, de fraternidad y encuentro. Siempre estamos prontos para buscar un chivo expiatorio entre los distintos, los que piensan diferente, los que no son de los nuestros, los que ponen en crisis nuestra vida o nuestro modo de proceder. Pues mejor es que muera uno por el pueblo, y no perezca la nación entera. Los sumos sacerdotes y los fariseos ven en Jesús un peligro. Una amenaza política y religiosa. Caifás aporta como solución que muera uno para que no...

Una palabra

  «Jamás ha hablado nadie como ese hombre».   (Jn 7,40-53). A Jesús lo juzgan las autoridades religiosas por su procedencia. De Galilea no salen profetas. Los jefes y fariseos no creen en él. El pueblo está confundido. Unos lo tienen por Mesías,otros quieren prenderlo. Los guardias del templo se admiran de su forma de hablar.   Las etiquetas y prejuicios nos pueden impedir reconocer a Cristo. ¿Me conformo con lo que he aprendido, o tengo una experiencia personal de Jesús? Es único. No hay nadie como Él. «Jamás ha hablado nadie como ese hombre». Ante Él y lo que propone no se puede permanecer indiferente. Su mensaje llega al corazón, su forma de mostrarlo nos cuestiona, sus palabras dan vida, su anuncio trae esperanza. Dime una palabra, Señor. Ayúdame a acoger tu palabra, a meditar tu palabra, a encarnar tu palabra, a que tu palabra sea luz y guía de mi vida, a dejarme conformar por ella, a guardarla en mi corazón, para ser cada día más como tú, con mis palabras ...

¡Hágase tú voluntad!

"Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto." (Jn11,45-57). Hay momentos en la vida que necesitamos retirarnos al desierto. Comenzamos la Cuaresma en el desierto y Jesús la termina también retirado. El ruido, el día a día embotan la mente y oscurecen el corazón. Necesitamos parar y que sea el Espíritu el que nos dé fuerzas y renovados ánimos para seguir. Está semana santa es una oportunidad maravillosa para volver a ponernos en las manos de Dios y decirle: ¡Hágase tú voluntad!   La fe es un don y una elección. Un regalo que podemos acoger o rechazar. Unos creen en Jesús después de ver lo que había hecho; otros tratan de acabar con él para que no crean en él. Importante el discernimiento para elegir con razón y convicción.    Caifás pensaba tan sólo en el pueblo judío, en su propio pueblo. Para evitarle una catástrofe política, maquinaba tu muerte. Pero Tú pensabas en el pueblo amplísimo de todos lo...