"¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?" (Mt 20,17-28). A veces los cristianos tenemos que soportar la incomprensión y desprecio de los demás por nuestra fe. Eso nos da temor, y aparecen los complejos. ¡No desfallezcas! ¿Por qué esconder algo que te llena tanto? "¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?" La prudencia es una virtud muy poco utilizada, cuando nos hace esta pregunta enseguida decimos que sí, somos sus más fieles seguidores, pero cuando llega el sufrimiento no somos capaces de soportarlo, mirad la debilidad de San Pedro. El cáliz que bebió Jesús fue el de dar su vida por amor. Mirar toda la realidad y seguir pensando que "era muy buena", aunque estuviera llena de limitaciones. Jesús bebé el cáliz de la crueldad humana, bebé la amargura del pecado. La petición de la madre de los Zebedeos es una de una insensibilidad total. Jesús anunciando que va a morir, y ellos preocupados por los primeros puestos. Así se distancia nuestr...