"Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?" (Jn 14,7-14) Felipe expresa de modo excepcional el anhelo de todo creyente: «Muéstranos al Padre». Ver el rostro del Padre significa entrar en la intimidad de Dios, tener una experiencia personal de encuentro tal que toda la vida quede trastocada. A todo buen judío le bastaba con ver la gloria de Dios, lo cual supondría una confirmación de la autenticidad de lo que se cree. Pero el Señor pide a sus discípulos que se fijen en las mediaciones, y especialmente en él como mediador, pues nadie va al Padre sino por Él. Conocemos a Dios porque Jesús nos lo ha revelado. Jesús nos muestra quien es Dios y como es Dios. Verlo a Él es ver al Padre. Jesús está en el Padre y el Padre en Él. Dice lo que Padre le ha hablado. Una comunión profunda y plena a la que nos invita creyendo en Él. Jesús nos invita a encontrarnos con...