Entradas

Mostrando entradas de enero, 2014

La confirmación es obra de Dios, que se preocupa de que nuestra vida sea plasmada a imagen de su Hijo.

Imagen
Hoy nos centraremos en el Sacramento de la Confirmación . Junto con el Bautismo y la Eucaristía, forma parte un proceso único de iniciación cristiana, a través del cual somos insertados gradualmente en Cristo, muerto y resucitado y recibimos una vida nueva, haciéndonos miembros de la Iglesia. El término Confirmación indica que este sacramento ratifica la gracia bautismal, nos une más firmemente a Cristo: afianza nuestra relación con la Iglesia y nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para defender la fe y confesar el nombre de Cristo sin avergonzarnos de su Cruz. Como todo sacramento, la Confirmación es obra de Dios, que se preocupa de que nuestra vida sea plasmada a imagen de su Hijo, de hacernos capaces de amar como él, infundiéndonos su Espíritu Santo. Este Espíritu no cesa de actuar con su fuerza en nosotros, en toda la persona y durante toda la vida. Cuando lo acogemos en nuestro corazón, Cristo mismo se hace presente y toma forma en nuestra vida: es é

"El Señor nos llama a ir con Él"

Imagen
Para elegir a sus discí­pulos, Jesús se dirige a los humildes El Evangelio de este domingo cuenta los inicios de la vida pública de Jesús en las ciudades y en los pueblos de Galilea.  Su misión no sale de Jerusalén, es decir del centro religioso, social y político, sino de una zona periférica, despreciada por los judíos más observadores, con motivo de la presencia en esa región de diferentes poblaciones extranjeras; por esto el profeta Isaías indica como "Galilea de las gentes". Es una tierra de frontera, una zona de tránsito donde se encuentran personas de diferentes razas, culturas y religiones.  Galilea se convierte así en un lugar simbólico de apertura del Evangelio a todos los pueblos. Desde este punto de vista, Galilea se asemeja al mundo de hoy: coexistencia de diversas culturas, necesidad de comparación y necesidad de encuentro.  También nosotros estamos inmersos cada día en una "Galilea de las gentes", y en este tipo de contexto pode

CUANDO...

Imagen
Cuando falta el amor en casa, aun el pan que comemos no tiene sabor, no llena. Con algo menos de pan y con un poco más de amor en casa, ya es fiesta. Cuando alguien te pida una sonrisa, no le des un billete. Pero cuando te pida un billete, regálaselo envuelto en una sonrisa. Cuando no tengas nada que dar, no busques en los bolsillos. Aun los bolsillos llenos, cuando no hay amor, parecen vacíos. Entonces mete la mano en el corazón y saca de él lo que tengas. Cuando alguien te pida algo y en tu corazón no haya nada que ofrecerle, pídele a él que te ame y tu corazón volverá a sentir calor. Cuando los demás te causen fastidio, piensa que sin ellos no serías nada. No podrías hablar. No podrías amar. Vale la pena aguantarlos por lo mucho que recibimos de ellos. Cuando te sientas solo, no te lamentes ni bus

EL BAILE DE LA OBEDIENCIA

Imagen
  Si estuviéramos contentos de ti, Señor, no podríamos resistir a esa necesidad de danzar que desborda el mundo y llegaríamos a adivinar qué danza es la que te gusta hacernos danzar, siguiendo los pasos de tu Providencia. Porque pienso que debes estar cansado de gente que hable siempre de servirte con aire de capitanes; de conocerte con ínfulas de profesor; de alcanzarte a través de reglas de deporte; de amarte como se ama un viejo matrimonio. Y un día que deseabas otra cosa inventaste a San Francisco e hiciste de él tu juglar. Y a nosotros nos corresponde dejarnos inventar para ser gente alegre que dance su vida contigo. Para ser buen bailarín contigo no es preciso saber adónde lleva el baile. Hay que seguir, ser alegre, ser ligero y, sobre todo, no mostrarse rígido. No pedir explicaciones de los pasos que te gusta dar. Hay que ser como una prolongación ágil y viva de ti mismo y recibir de ti la transmisión del ritmo de la orquesta. No hay por qué quere

ORACIÓN A MARIA

Imagen
A ti acudo, única Virgen y Madre de Dios. Ante la única que ha obrado la Encarnación de mi Dios me postro. Me humillo ante la única que es madre de mi Señor. Te ruego que por ser la Esclava de tu Hijo me permitas consagrarme a ti y a Dios, ser tu esclavo y esclavo de tu Hijo, servirte a ti y a tu Señor. A Él, sin embargo, como a mi Creador y a ti como madre de nuestro Creador; a Él como Señor de las virtudes y a ti como esclava del Señor de todas las cosas; a Él como a Dios y a ti como a Madre de de Dios. Yo soy tu siervo, porque mi Señor es tu Hijo. Tú eres mi Señora, porque eres esclava de mi Señor. Concédeme, por tanto, esto, ¡oh Jesús Dios, Hijo del hombre!: creer del parto de la Virgen aquello que complete mi fe en tu Encarnaciòn; hablar de la maternidad virginal aquello que llene mis labios de tus alabanzas; amar en tu Madre aquello que tu llenes en mi con tu amor; servir a tu Madre de tal modo que reconozcas que te he servido a ti; vivir bajo su gobierno en tal

Oración de un desocupado

Imagen
Padre, desde los cielos bájate, he olvidado las oraciones que me enseñó la abuela, pobrecita, ella reposa ahora, no tiene que lavar, limpiar, no tiene que preocuparse andando el día por la ropa, no tiene que velar la noche, pena y pena, rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente. Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces, que me muero de hambre en esta esquina, que no sé de qué sirve haber nacido, que me miro las manos rechazadas, que no hay trabajo, no hay, bájate un poco, contempla esto que soy, este zapato roto, esta angustia, este estómago vacío, esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre cavándome la carne, este dormir así, bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido te digo que no entiendo, Padre, bájate, tócame el alma, mírame el corazón,! yo no robé, no asesiné, fui niño y en cambio me golpean y golpean, te digo que no entiendo, Padre, bájate, si estás, que busco resignación en mí y no tengo y voy

¿Qué significa para la Iglesia, para nosotros, hoy, ser discípulos de Jesús Cordero de Dios?

Imagen
Con la fiesta del Bautismo del Señor, celebrada el pasado domingo, hemos entrado en el tiempo litúrgico llamado “ordinario”. En este segundo domingo, el Evangelio nos presenta la escena del encuentro entre Jesús y Juan el Bautista, cerca del rio Jordán. Quien la describe es el testigo ocular, Juan Evangelista, que antes de ser discípulo de Jesús era discípulo del Bautista, junto con el hermano Santiago, con Simón y Andrés, todos de Galilea, todos pescadores. El Bautista ve a Jesús que avanza entre la multitud e, inspirado del alto, reconoce en Èl al enviado de Dios, por esto lo indica con estas palabras: «¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! » (Jn 1,29). El verbo que viene traducido con “quitar”, significa literalmente “levantar”, “tomar sobre sí”. Jesús ha venido al mundo con una misión precisa: liberarlo de la esclavitud del pecado, cargándose las culpas de la humanidad. ¿De qué manera? Amando. No hay otro modo de vencer el mal y el pecado que

“El ojo, sin duda, ha perdido el juicio”.

Imagen
  “Dijo el ojo a sus compañeros:  veo más allá de esos valles un montaña envuelta en nubes.  ¡Qué montaña más solemne!  A lo que el oído respondió:  “pues yo no oigo su voz”. Por su parte, añadió la mano:  pues yo no puedo tocarla.  Así que esa montaña no existe. Intervinieron las narices.  Nosotras no aspiramos su perfume.  Luego no debe existir tal montaña. Mientras el ojo seguía contemplando la belleza de la montaña,  los demás sentidos se reunieron a deliberar,  qué motivos habría tenido el ojo para tratar de engañarles.  Discutieron entre sí y llegaron a la conclusión:  “El ojo, sin duda, ha perdido el juicio”. Khalil Gibran