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Mostrando las entradas etiquetadas como Dedicación de las basílicas de los santos Pedro y Pablo

La respiración del alma

“Cuando venga el Hijo del hombre,  ¿encontrara esta fe en la tierra?  (Lc 18,8). Jesús nos enseña que hay que orar con confianza y perseverancia, con la seguridad de que Dios escucha siempre nuestras súplicas. Señor, Tú siempre te mueves impulsado por la misericordia y defiendes siempre a los débiles. La oración es seguridad en el amor providente del Padre. Incluso cuando pedimos a Dios imposibles se nos concede el don de escucharnos a nosotros mismos y cambiar de actitud. Si lo que Dios quiere es nuestra felicidad, inspira todo aquello que nos ayudará a conseguirla. Para Dios no hay buenas o malas peticiones. - Señor, danos el pan de cada día y perdona nuestras ofensas. La oración es para mí, Señor,  la respiración del alma,  me permite vivir el Evangelio con alegría  y construir un mundo más fraterno. Subo a la montaña para orar, buscando los destellos de tu rostro; me pongo en tu presencia y la nube me ilumina, la nube que me ...