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Mostrando las entradas etiquetadas como Generosidad

Humildad y generosidad

  “Ojo por ojo, diente por diente”.   (Mt 5,38-42). La ley del talión. Establece una proporcionalidad en el mal recibido. Es una norma justa. Jesús va más allá de lo que se dijo. Rompe toda lógica en la desmesura. El amor no tiene límites. Da y no esperes. Haz bien al que te haga mal. «Yo os digo: no hagáis frente al que os agravia» Vivimos tiempos de revanchas, el que la hace la paga. Nadie habla de reconciliación ni de sentarse para hablar con quien te ofende, mejor lo echamos de la familia o de la amistad. Vivamos un tiempo de paz y sobre todo, diálogo. El amor más elevado es también el más exigente. No permite la ley del talión, es decir, devolver el mal que te han causado. No; al contrario, pide no hacer frente al que os agravia. Incluso, reclama el amor a los enemigos. Sabemos que este amor borraría de la tierra muchos males. Jesús enseña a sus amigos a interrumpir la espiral de la violencia con la no-violencia. Esta magnanimidad sólo será posible si nos reco...

Sin medida

  "Sed misericordiosos  como vuestro Padre es misericordioso."   (Lc6,36-38). En un mundo violento la gran desterrada es la misericordia. Y eso es lo que, precisamente, nos pide el Señor: "sed misericordiosos". No se trata de ser diferentes o de ir contracorriente. Se trata de parecernos Dios Padre, el lleno de misericordia. Los hijos se parecen al Padre. Vivir a Cristo es la gran tarea de la Cuaresma y mientras nos dediquemos a juzgar, a no perdonar, a alejar al otro de la Iglesia, no estaremos anunciando el Evangelio, ni a llevar la Verdad a quienes quieren conocerla. “Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”. La medida del Señor es un amor sin medida que abraza a todos desde la Cruz. Pidámosle que nos conceda un corazón misericordioso como el suyo. La fuente de la misericordia es Dios. Necesitamos beber de ella para evitar juicios y condenas. Para aprender a perdonar. La medida que se nos regala es generosa, colmada, remecida y rebosa...

Vivir de Amor

  “No hagáis frente al que os agravia”   (Mt 5,38-42) Jesús nos enseña que hemos de saber renunciar a nuestros derechos. Hemos de estar dispuestos a perdonar y a hacer el bien gratuitamente. Se trata, como escribirá Pablo, de no dejarse vencer por el mal, sino vencer al mal con el bien. No es suficiente el cumplimiento, de Dios es la generosidad. Y en todo ello está el hermano, el prójimo, como protagonista. Ojalá seamos capaces de darnos sin buscar nada a cambio, acompañar más allá de los mínimos, proponer con una sonrisa pese al rechazo. Celebramos la fiesta de San Antonio de Padua , este "hijo predilecto" de San Francisco, en el que podemos descubrir precisamente la lógica evangélica, pues supo vivir la fe desde la sencillez, la humildad y la pobreza más absoluta. «Si predicas a Jesús, Él ablanda los corazones duros; si lo invocas, endulza las tentaciones amargas; si piensas en Él, te ilumina el corazón; si lo lees, te sacia la mente» (Sermones dominicales)....