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Mostrando las entradas etiquetadas como Sábado XXIV TO

“Ciento por uno”

  "Otra parte cayó en tierra buena y, después de brotar,  dio fruto al ciento  por uno".   (Lc 8,4-15).   El sembrador sale a sembrar. Su semilla no selecciona el tipo de terreno. Lo importante es que caiga en distintas tierras, circunstancias y momentos. El borde del camino podría ser gran calzada. Las zarzas llegar a cortarse. Las piedras ablandarse. Todo es oportunidad. El Señor siempre está en salida, recorriendo sus tierras, sembrando su semilla. Cuánta generosidad contiene su gesto de sembrar con abundancia y confiando que el terreno receptor dará el treinta, el sesenta o el ciento por uno. Sueña con una cosecha abundante y comparte su sueño.  La Palabra es una semilla llena de posibilidades, de vida. La Palabra es una semilla para todos, sea tierra buena o sea al borde del camino. La Palabra es la semilla que llena el corazón y que, como tierra fértil que es, hace que se llene de frutos, “ciento por uno” . La Palabra es Él... solo necesita de nuestra...

Sembrador

    «Salió el sembrador a sembrar su semilla”    (Mt 8, 4-13). Salió el sembrador a sembrar...la vida siempre es un terreno pedregoso. La crisis, la oscuridad en el mundo y a nivel personal siempre acechan. Hay que tener raíces fuertes. Rezar y velar constantemente. Nada somos sin Dios, pero Él quiere contar con nosotros para actuar. Requiere de nuestra libertad, de nuestra entrega, de la apertura de nuestro corazón a su gracia; de la acogida de su Palabra en las raíces de nuestro ser, para que su Espíritu pueda dar fruto en nosotros. La Palabra está dirigida directamente a nosotros, para que con la calma y el poso necesario, el cultivo de la tierra, es decir el corazón, genere tal transformación en nosotros que los frutos sean los que ella pide. Pueden ser muchos o pocos, pero de ella. Dios habla. Tiene ganas de decirse. Busca corazones abiertos donde depositar su semilla. Haz silencio para escuchar. Rumia la Palabra para que te cale por dentro. Mira a J...

El sembrador

  "Lo de la tierra buena son los que guardan la palabra y dan fruto con perseverancia"  (Lc 8, 4-15)   El sembrador sale en el momento adecuado a dejar la semilla. Conoce su tierra y el tiempo mejor para la siembra. Ha elegido con mimo su semilla. Antes de sembrar ha preparado, cuidado y sazonado la tierra. Es un enamorado de la tierra. Dios es el sembrador El sembrador no fuerza la semilla ni castiga la tierra; siembra con libertad y alegría, no importa que los resultados no sean los esperados. Ya ha ganado el tener la semilla y la tierra Después de escuchar esta parábola podría haber motivos para el desánimo ¡cuánta Palabra sembrada y qué poco frutos! En cambio esta parábola es profundamente optimista. Jesús tiene confianza de que en algún sitio, en algún corazón encontrará la Palabra un terreno propicio, y su fuerza será entonces irresistible. ¿Os habéis dado cuenta de que Dios sigue sembrando su Palabra cada día? En la parábola del sembrador es...