"Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura". (Jn , 12, 1-11) Jesús está en Betania, en casa de Lázaro, Marta y María y experimenta el alivio de la amistad regalada mientras otros han puesto precio a su vida. Jesús está con sus amigos. Hay encuentro, hay verdad, hay entrega, hay generosidad... Jesús como el perfume lo llena todo, la casa, la amistad, la relación, el tiempo, la vida... Pongamos en las manos del Señor nuestra fragilidad, nuestras preocupaciones. Acojámosle con esperanza en medio de nuestro sufrimiento. Ungir los pies es reconocer nuestra condición limitada y pobre ante el Dios que nos engrandece. Es mirar desde abajo la pobreza de un amor que necesita ser amado para derrochar amor. Ungir los pies es recuperar nuestra esencia, verdad y vida La vida no sirve si no se sirve porque la vida se mide desde el Amor El amor tiende a la exageración y a la desmedida, como María de Betania y su perfume... como Jesús y su e...