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Mostrando las entradas etiquetadas como HIJO DE DIOS

Una pregunta y una respuesta

    «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».   (Mt 16, 13-23) Esta pregunta va más allá de lo teórico y se puede traducir por esta otra: «¿Qué lugar ocupo en tu día a día?». Lo que importa no es la respuesta ya sabida y aprendida sobre quién es, sino si él ocupa o no el centro de nuestra vida. A Jesús no lo definimos en términos humanos. Solo desde la experiencia de encuentro con él podremos decir quién es. Sin proyectar nuestros deseos y aspiraciones. Pedro responde a la pregunta de Jesús: "Y vosotros ¿quién decís que soy yo?": "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo".  Aquella confesión da ocasión al Señor para manifestar su elección como fundamento de su Iglesia. "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia".  Al reconocerlo como Señor somos 'piedras vivas' de su Iglesia, de la comunidad de puertas abiertas que haga realidad su proyecto de fraternidad para el mundo. Ante Él no cabe la indiferencia, responder, ponerse en cami...

Misericordia

  "Todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo." (Mc 3,7-12). Muy pronto, Jesús se convirtió en un fenómeno social, en una persona capaz de atraer a una multitud. Todos iban conociendo las obras que hacia y bien por curiosidad o bien por necesidad, acudían a Él de todas partes. La causa de ello... quizás porque a nadie dejaba indiferente. A Jesús lo sigue una gran muchedumbre. No lo siguen sabios, justos, religiosos, ricos, o importantes. A Jesús lo buscan los que sufren de algo. Quieren tocarlo. Jesús se deja tocar. No puede permanecer indiferente ni alejado ante el dolor, la exclusión, la injusticia Sabernos incompletos e imperfectos es lo que nos abre a la necesidad de Dios y de los demás. La autosuficiencia nos aleja y nos aísla. Jesús siempre está disponible para el corazón sincero y humilde que le pide ayuda. La Palabra se cumple hoy, nos invita a transformar la desolación y la tristeza en ocasión para el milagro. Acoger que en nuestra...

¿Qué buscamos?

  "Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban:  «Tú eres el Hijo de Dios»." (Mc3,7-12). Jesús es el Hijo de Dios, y su ministerio es una manifestación del reino de Dios. El reino de Dios es un reino de poder, compasión y gracia, y Jesús lo trae a este mundo a través de sus milagros y su enseñanza. “Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago”. En el bullicio de la vida, a menudo buscamos momentos de tranquilidad para encontrarnos con nosotros mismos. Jesús, rodeado de multitudes, sigue siendo un faro de serenidad y servicio. Su dedicación a enseñar, sanar y liberar destaca en medio del clamor. « 𝐀𝐜𝐮𝐝𝐢 ́ 𝐚 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐚 𝐠𝐞𝐧𝐭𝐞 » Buscar a Jesús, estar cerca de Él, tocarlo son las actitudes de aquellos que se reconocen necesitados. A Jesús va a buscarlo gente de distintas procedencias. Se han enterado de las cosas que hacía. Quienes estaban y están desesperados por su sufrimiento o enfermedades, acudían a Él como úl...