«Esta generación es una generación perversa» (Lc11,29-32). La historia se repite y la tozudez de las personas también. Pedimos signos para ver pero no somos capaces de abrir los ojos, pedimos signos y no somos capaces de escuchar. Pero nos falta abrir el corazón y crecer en la confianza en él. Los signos indican realidades que muestran una verdad. Jonás es signo de presencia de Dios que les provoca a la conversión. La sabiduría de Salomón es signo que atrae a la reina del Sur. Jesús es signo del amor de Dios si nos abrimos a su mensaje y creemos en él. El Señor pone signos en nuestra vida para llamarnos a la conversión. ¿Cómo leo las cosas que pasan en mi vida y en el mundo? ¿Veo la acción de Dios? Hoy, como aquella generación, queremos ver claro, queremos seguridades, pedimos un signo... Pero no tendremos más signo que el de Jonás. Lo mismo que Jonás estuvo tres días en el vientre del cetáceo del mismo modo el Hijo del Hombre estará tres días ente...