“Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Jn 2,19) La belleza de nuestras iglesias y catedrales es solo un reflejo de la belleza del verdadero Templo: Jesucristo, del cual somos su Cuerpo, por el Bautismo. Pidamos hoy al Señor que arroje de nuestro corazón toda forma de idolatría. Jesús echa fuera del recinto del templo a los animales y pronuncia una palabra profética: Él es el nuevo templo, el lugar del encuentro del ser humano y Dios. Jesús te invita a entrar en su presencia y a adorar a Dios en espíritu y en verdad. Jesucristo Tú eres nuestro modelo de oración. Que aprendamos a respetar nuestro cuerpo como templo Santo donde habita Dios. "El templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros". Ahora somos nosotros su templo y hogar donde Dios habita y ha decidido vivir. Miremos a cada hermano habitado por Dios. El signo eres Tú mismo, Tu vida, Tu proyecto, Tu mirada sobre cada persona. Somo...