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Mostrando las entradas etiquetadas como Domingo III Pascua

¡Anuncia!

  "Él se presentó en medio de ellos"   (Lc24,35-48). “¿Acaso no podía el Señor resucitar sin las cicatrices? Sin duda, pero sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices en su cuerpo”, San Agustín Jesús se presenta en medio de la comunidad. Les desea la paz cuando están aterrorizados y llenos de miedo. Les pregunta por qué surgen dudas. Para resolverlas, les invita a tocarlo, a reconocerlo, pero no terminan de creer. La fe es apertura al Misterio. Igual que a los discípulos, también hoy, cuando se nos presenta Jesús resucitado, nos cuesta reconocerlo. Pero está ahí: en manos, en caminos, en paisajes. ¿Atraviesas las apariencias para reconocerlo? ¿Qué harías si en este mismo instante vieras a Jesús delante de ti? Imagina escuchar unos pasos cerca y, al levantar la cabeza... encontrarte con su rostro. ¿Cómo reaccionarías? ¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies...

Quédate

    “Quédate con nosotros”   (Lc 24, 13-35) A veces queremos imponer al Señor nuestras expectativas, nuestra manera de encontrarlo o el modo concreto cómo esperamos reconocerlo. Pero el Señor se hace presente en nuestras vidas a su manera y por ello no tenemos ojos para reconocerlo. Necesitamos confiar mucho más en él. Dos discípulos decepcionados, apresados en la Pasión, abandonan Jerusalén. Jesús se hace compañero de camino. Como a ellos, las dificultades y los sufrimientos nublan nuestra vista. "Quédate con nosotros porque es de noche”. Las sombras del atardecer anticipan la noche. Los discípulos quieren prolongar la luz del encuentro en comunión alrededor de la mesa -en la casa la mesa de la cocina es un altar- y todos se convierten en invitados unos de otros. “Quédate con nosotros” le pedían los discípulos sin saber quién era. Y en el partir el pan reconocieron al Maestro. El que siempre está con nosotros, pues es verdad que ha resucitado Necesitamos que l...

Es el Señor

  «Echad la red a la derecha de la barca  y encontraréis.»  (Jn 21, 1-19) Encuentros de Pascua: escuchar, reconocer, confiar, amar, seguir...y obtener la vida en abundancia. Cuando en la vida tenemos las redes vacías, no es el momento de autocompadecernos, de divertirnos, de volver a los viejos pasatiempos. Es el momento de ponerse en camino con Jesús, de hallar el valor de recomenzar, de navegar mar adentro con Él. Cuantos proyectos empezamos desde la autosuficiencia. Cuantas veces acabamos desolados y vacíos. La resurrección supone reconocer que sin tí no podemos tener fruto. Y necesitamos una humildad que nos haga obedecer.   Necesitamos confiar más en los que nos rodean, y por supuesto en Jesús. Cuántas veces creemos que nosotros solo lo podemos todo y no dejamos espacio para que Él actúe. Dejemos que el ES, la fuerza del resucitado nos llene. Cristo nos llama a entregarnos de forma generosa, total, radical, constante, auténtica, conquistadora, sacrif...