"Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo" (Mt 19, 23-30) Esta fue la respuesta de Jesús ante la pregunta: Entonces ¿quién puede salvarse? Aún estaba en la mente de los judíos de tiempos de Jesús la idea de que la salvación se lograba por el esfuerzo personal. El Señor se desmarca de esa idea y señala como único Salvador al mismo Dios. Abandónate con gozo en los brazos de un Dios que nunca se deja ganar en generosidad y que nos llama a la verdadera libertad para heredar la vida eterna. Merece la pena seguir a Jesús. Jesucristo vive. Es una persona que continúa viva con la que se establece una relación personal. Seguirle es la mejor opción que podemos hacer en esta vida. Dios no entra en un corazón que no le abre la puerta. Dios no entra en un corazón que está lleno de otras riquezas. Se queda fuera, esperando. Haz la experiencia de buscar a Dios sin nada, en silencio, en soledad. Déjale abierta la puerta de tu corazón. Ora para que Dio...