“Permaneced en mi amor” (Jn 15,9-17). Hermosísimo tu evangelio hoy. Para leerlo con calma y rumiarlo, dejar que la palabra penetre en nuestros corazones. Para que mi alegría esté en vosotros. Para que vuestra alegría llegue a plenitud. A vosotros os llamo amigos. Os he elegido y os he destinado para que deis fruto, y vuestro fruto dure. El Señor pide a sus discípulos que permanezcamos en su amor. Nos lo propone como un imperativo. Sabemos que tiene que ver con la fidelidad, y ésta, a su vez, con guardar sus mandamientos, es decir, cumplir su voluntad. Todo tiene su origen en el amor trinitario que se expande y llega a nosotros como pertenencia. Permanecer en el amor de Jesús. Es la única manera de ser en él y él en nosotros. El amor une en la diversidad. A la criatura y a Dios. Lo pequeño y lo inabarcable. Es el amor de Dios que se derrama en una infinita permanencia. En la fiesta del ap...