"Dios Unigénito es quien lo ha dado a conocer" (Jn 1, 1-18) Dios se hizo carne, se hizo alguien como tú y como yo. Y habitó entre nosotros. El Verbo que existía desde el principio, que estaba junto a Dios, que era Dios, ha entrado en nuestra historia. Ha roto toda la distancia que nos separaba, y se ha hecho ser humano pequeño en toda su grandeza. El último en toda su realeza. El niño en toda su divinidad. No puede haber tristeza cuando nace la vida (San León Magno). Y esta Palabra de Amor quiere hacerse carne y vida en cada uno de nosotros. Aunque muchos no la recibieron, nosotros sí queremos recibirla. Nuestro Dios no es un Dios escondido. Ciertamente, a Dios nadie lo ha visto jamás. Dios Unigénito es quien lo ha dado a conocer. Por esto, no es acertado pensar que, puesto que Dios es un ser a quien nadie ha visto, es un ser entraño. Al contrario, se ha manifestado en su Hijo. Quiso vivir con nosotros, caminar con nosotros, habitar entre nosotro...