«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». (Lc 1,26-38). La disponibilidad de aquella joven nazarena era absoluta. Ella pregunta al ángel busca mayor claridad en los planes de Dios. Pero inmediatamente expresa su conformidad. Se siente pequeña, esclava del Señor. Sólo desde la humildad se puede preparar la acogida del todopoderoso. "No temas, María" Nada de miedo al Señor, ni a sus propuestas, ni al futuro a su lado, ni al Evangelio, ni a tener fe, ni a dar testimonio. Es posible responder, es posible decir "hágase en mí". Con Él todo es posible, no falla, es fiel. Sabiéndose amada, querida y acompañada, a María se le quita todo tipo de miedo, tiene confianza plena en Dios y se atreve a responder: 'hágase en mí'. Confío en Ti, Señor, a tu lado no hay miedo que me venza. Aunque la oscuridad me envuelve, y las noches son eternas, pero al pensar en tu Luz se llena de esperanza mi camino. Sé lo mucho que nos quieres, tu ‘te quiero’ tiene ...