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Mostrando entradas de octubre, 2014

Id por el mundo y anunciad el Evangelio

"Somos enviados a llevar la alegría del Evangelio, la Buena Noticia que es Jesucristo, a todos los hombres:  Id por el mundo y anunciad el Evangelio a todos los hombres la confianza, la esperanza, la alegría del Evangelio, el encuentro entre los hombres, construir la cultura del encuentro entre los hombres, construir la cultura del encuentro.  Tenemos que provocar, como el Señor, en medio de la historia de los hombres esa atracción, la misma que provocó Jesucristo en el camino de Emaús". (Mons.Carlos Osoro en su Homilía de la Misa de Toma de Posesión de la Archidiócesisde Madrid)  

¡Ay de mi si no evangelizare!

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¡Ay de mi si no evangelizare! Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Yo soy apóstol y testigo Cuánto más lejana está la meta, cuánto más difícil es el mandato, con tanta mayor vehemencia el amor nos apremia. Debo predicar su Nombre: Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo. ¡Ay de mi si no evangelizare! Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Él es quien nos ha revelado al Dios invisible, Él nació, murió y resucitó por nosotros. Él es el centro de la historia y del universo; Él nos conoce y nos ama, Compañero y amigo de nuestra vida, Hombre de dolor y de esperanza. Él ciertamente vendrá de nuevo y será finalmente nuestro juez, y también, como esperamos, nuestra plenitud de vida y nuestra felicidad. ¡Ay de mi si no evangelizare! Para esto me ha enviado el mismo Cristo. Yo nunca me cansaría de hablar de Él. Él es la luz, la verdad, más aún, el camino, la verdad y la vida. Él es pan y la fuente de agua viva, que satisface nuestra hambre y nuestra

22 de octubre: Fiesta de San Juan Pablo II.

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Fiesta de San Juan Pablo II. Ruega al Señor por nosotros! Oficio de lectura Segunda lectura: De la Homilía de san Juan Pablo II, Papa, en el inicio de su pontificado (22 de octubre 1978): ¡Pedro vino a Roma! ¿Qué fue lo que le guió y condujo a esta Urbe, corazón del Imperio Romano, sino la obediencia a la inspiración recibida del Señor? Es posible que este pescador de Galilea no hubiera querido venir hasta aquí; que hubiera preferido quedarse allá, a orillas del Lago de Genesaret, con su barca, con sus redes. Pero guiado por el Señor, obediente a su inspiración, llegó hasta aquí. Según una antigua tradicióndurante la persecución de Nerón, Pedro quería abandonar Roma. Pero el Señor intervino, le salió al encuentro. Pedro se dirigió a El preguntándole: «Quo vadis, Domine?: ¿Dónde vas, Señor?». Y el Señor le respondió enseguida: «Voy a Roma para ser crucificado por segunda vez». Pedro volvió a Roma y permaneció aquí hasta su crucifixión. Nuestro tiempo nos invita, no