“Cayó en tierra buena y dio fruto” (Mt 13,1-8) "Salió el sembrador a sembrar". Nuestro Dios no deja ningún día de trabajar. El Padre trabaja y Cristo también. Hasta que cada uno de sus hijos e hijas se sientan en casa y celebren el "Don" de Dios. Sembrar es restaurar, es sanar, es curar heridas, es mostrar caminos, es quitar miedos. Es cambiar la soledad y la duda, por la compañía y la verdad. Dios siembra y nuestras tierras, nuestras vidas, acogen en la medida que confían. El sembrador no es un calculador elitista que siembra solo en la tierra que es buena. El sembrador pone semillas con gratuidad en todos los terrenos. El sembrador siembra sin ver del tipo de tierra donde cae la semilla. En una los bordes de la vida se la comerán. Otra sin profundidad, interioridad, se seca. Otra se ahoga en las circunstancias. Y está la buena, la preparada para dar fruto. ¿De cuál eres? El Evangelio no es un mensaje para unos pocos. Es una buena nueva para todos....