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Mostrando las entradas etiquetadas como David

Escucharte

"Si el mismo David lo llama Señor,  ¿cómo puede ser hijo suyo?"   (Mc12,35-37)   El origen del Mesías preocupaba mucho a los judíos. No querían ser engañados. Por eso miraban a Jesús con sospecha. Se negaban a creerle, por su origen sencillo, por conocer a su familia, por su "normalidad". A nosotros nos puede pasar que asociemos lo divino a lo extraordinario, lo milagroso, lo sobrenatural. Y Jesús agradece que Dios se revela a los pobres y sencillos. Y se oculta a los sabios y inteligentes. Detrás de la indiferencia generalizada y de la apostasía silenciosa pervive la preocupación, imposible de acallar en el corazón humano, que pregunta por el sentido de su vida. Quien se lo plantea, termina buscando luz a sus interrogantes y encontrando la atrayente voz de Jesús. Jesús enseña y despierta inquietud con sus preguntas. Quedan pendientes de respuesta. Pone como referente a David, gran rey de Israel. Hombre movido por el Espíritu Santo. Jesús plantea argumentos...

La libertad de los hijos de Dios

  "El sábado se hizo para el hombre  y no el hombre para el sábado;  así que el Hijo del Hombre es señor también del sábado".   (Mc 2, 23-28). Las normas nos ayudar a regular el comportamiento, buscando el bien propio y el bien común. Es un medio. Cuando se convierte en un fin, termina todo subordinado a ella, hasta el punto que oprime, priva de libertad. El ser humano debe ser el centro de toda norma. Él es señor de la norma, señor de la Ley, señor de la vida, señor de la manera de actuar... ¿Qué significa? Que Él la vive y le da plenitud, que su Palabra es más que la ley y la norma. Es muy común que el cumplir la norma sea el objetivo de muchos creyentes. Cuando lo que Jesús propone es un camino para llegar a ser libres. Él es el Señor de toda ley, y la única norma es el amor. Dios tiene leyes y normas y preceptos, pero no para atar y esclavizar al hombre sino para hacerlo libre. El amor es la norma suprema.   Ante ese mandato todo queda en segund...