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La libertad de los hijos de Dios

 


"El sábado se hizo para el hombre 
y no el hombre para el sábado; 
así que el Hijo del Hombre es señor también del sábado".  
(Mc 2, 23-28).

Las normas nos ayudar a regular el comportamiento, buscando el bien propio y el bien común. Es un medio. Cuando se convierte en un fin, termina todo subordinado a ella, hasta el punto que oprime, priva de libertad. El ser humano debe ser el centro de toda norma.

Él es señor de la norma, señor de la Ley, señor de la vida, señor de la manera de actuar... ¿Qué significa? Que Él la vive y le da plenitud, que su Palabra es más que la ley y la norma.

Es muy común que el cumplir la norma sea el objetivo de muchos creyentes. Cuando lo que Jesús propone es un camino para llegar a ser libres. Él es el Señor de toda ley, y la única norma es el amor.

Dios tiene leyes y normas y preceptos, pero no para atar y esclavizar al hombre sino para hacerlo libre.


El amor es la norma suprema.  Ante ese mandato todo queda en segundo lugar.  Ni ritos, ni tradición, ni prejuicios, ni moralinas.  Lo primero, el hombre, imagen de Dios.

Los planes de Dios a menudo no son nuestros planes; sus caminos no son nuestros caminos. La novedad y el asombro acompañan a los que le siguen y se dejan guiar por su Palabra. Dios siempre es más de lo que imaginamos.

Los caminos de Dios no son nuestros caminos… Lo débil atrae la fuerza de Dios. “Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.” (I Samuel 16,1-13).


Los criterios de Dios no son nuestros criterios. Es buen tenerlo en cuenta, cuando pensemos en nuestra opción de vida. No hay que ser el más alto o el más guapo o el más fuerte para ser seguidor de Cristo. Basta con creer que Dios ve todo lo bueno que hay en ti. Y confiar en Él. Atrévete a seguirle.

Él confunde a los poderosos seleccionando a los que menos cuentan y a los inhábiles para realizar su trabajo. ¿No es acaso el “escándalo de la cruz” la expresión más profunda de esto? Dios no ve las apariencias, sino el corazón. De nada vale esforzarnos por dar una buena imagen. En lo más hondo del ser es donde nos lo jugamos todo.


 

"¿No habéis leído nunca lo que hizo David?" Traga saliva si eres de los que les que gusta decir: "esto siempre se ha hecho así". Dios es novedad, Dios es rompedor, Dios desconcierta... Y si aún no lo ha hecho en tu vida, es porque te has creado un dios a tu medida. Ojo al dato...

Señor, muchas veces me quedo en las normas, en lo que debo o no debo de hacer. Enséñame a ser libre hasta de mí mismo y hacer únicamente tu voluntad. Tú eres mi camino, mi verdad y mi vida.

Ayúdame, Señor, a ser sincero en tu seguimiento. Cuántas veces el respeto humano me puede hacer callar mi condición de cristiano; por eso he de mantenerme cerca de Ti, para tener las fuerzas de vivir de cara a Ti, sin temer ir contra corriente.


 

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