"El Hijo del hombre es señor del sábado" (Lc 6, 1-5) Cuando la crítica u odio se sustenta en las leyes, lo que hace es poner al ser humano por debajo de las leyes, como esclavo, y no por encima, como señor de las mismas. Las normas establecen un límite a lo permitido. Determinan lo que está bien y lo que no. Por eso, es importante que la norma sea útil, responda a una necesidad y no esclavice en su aplicación. Nunca puede estar por encima del bien de la personas. Señor, enséñame vivir con un corazón libre y misericordioso, poniendo siempre el amor por encima de la rigidez. «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?». Todavía arrastramos una visión de que nuestra relación con Dios depende de lo que hacemos, de las obras. Aprendimos que Dios nos pide hacer o no hacer "actos", que se adecuen a unas normas. Si cumplo voy bien, si no, voy mal. Olvidamos que la acción es consecuencia de lo que soy, de mi identidad. Con mis gestos expresó mi ser. Con mis ...