"Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". (Lc19,1-10). El encuentro con Zaqueo no es casual. Zaqueo busca a Jesús y Jesús busca a Zaqueo. El ingenio de Zaqueo supera el obstáculo de su estatura y de la gente. Provoca que Jesús lo vea y se quede en su casa. La respuesta de Zaqueo será compartir más allá de lo justo. Qué escandaloso tuvo que ser que Jesús se fijara en un jefe de publicanos, un hombre de mala reputación, pero ¡lo hizo! Y Zaqueo acoge su Salvación, vive una transformación de vida (conversión) y le retribuye el dinero a quienes había defraudado. Reconocer al Hijo de Dios como único Salvador nos acerca a la esperanza fundada de que todo ser humano es buscado por él y, por tanto, tiene a su alcance la salvación. Zaqueo, recaudador y pecador público, estaba condenado. Pero por encima de condenas está la misericordia divina "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". El encuentro con Jesú...