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Mostrando las entradas etiquetadas como Herodes

Víctimas inocentes

  «Levántate, coge al niño y a su madre  y huye a Egipto; quédate allí  hasta que yo te avise,  porque Herodes va a buscar  al niño para matarlo»   (Mt 2, 13-18). El sueño de José es una realidad de cuidado, protección, prudencia y sabiduría. Escucha la voz del ángel y huye de la barbarie de Herodes. El bien, la inocencia y la verdad están amenazadas por el odio, la envidia y la mentira. Soñar y discernir. El Salvador es salvado de las tropas de Herodes, el Grande, al ser avisado José en sueños. Huyen a Egipto y dejan a sus espaldas la matanza de los inocentes. Inconscientemente aquellos inocentes entregaban su vida por Aquel que los salvaría a todos. De Egipto vendría la Pascua. "Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto." Egipto era el lugar de la esclavitud cuando Moisés liberó al pueblo. Para José, María y Jesús se convierte en oportunidad de salvación. Las cosas, las personas, los lugares, la vida nunca son una sola cosa. Son l...

¿Quieres ver a Jesús?

  "¿Quién es este de quien oigo semejantes cosas?». Y tenía ganas de verlo."   (Lc 9,7-9). Eso es lo que sentía Herodes Agripa respecto de Jesús: "tenía ganas de verlo". Muchos hoy sienten lo mismo, pero como mera curiosidad. Jesús convertido en espectáculo. Sin embargo, los verdaderos discípulos no se quedan en la curiosidad; lo que buscan ¿Por qué quieres ver tú a Jesús?  Quiero seguridades,  quiero una verdad,  quiero ser de los suyos,  quiero que me toque,  quiero que me mire con compasión,  quiero escucharle y sentir que se abre el corazón.  Me encantaría caminar con Él  y que me arda el corazón.  Verle para ofrecerle mis cinco panes y dos peces  y con Él se multipliquen, para que me ponga de pie cuando me siento pequeño. Que nuestras vidas despierten interrogantes irresistibles significa que llevamos dentro el mismo Espíritu que Jesús. Cuando nos preguntan sobre porqué creemos, o vamos a misa, o leemos la Palab...

Testigo de tu verdad

  "Sus discípulos recogieron el cadáver,  lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús".   (Mt 14,1-12). Nuestra oración en ocasiones es contarle a Jesús malas noticias. Orar nunca nos evade de lo doloroso y lo triste. Jesús nos pide: "dame tu corazón". Tal y como esté. A veces agradecido y alegre. A veces herido y desolado. En ambos casos encontramos acogida, compañía, sentido, consuelo. Juan el Bautista con su martirio fue mostrándole a Jesús los pasos de cómo sería su final. Fue precursor en el anuncio. Y fue precursor en entregar la vida hasta el extremo. "Mandó decapitar a Juan" La incoherencia de Herodes le lleva a matar a Juan.   Lo admiraba, pero no lo respetaba. Lo cuestionaba pero no reaccionaba. Se dejó llevar por un juramento y los invitados para matarlo. Los motivos externos, el quedar bien, pudieron más que la propuesta de conversión. Herodes solo piensa en él, sabe que lo hace mal, tiene miedo por ello. Se siente un 'pequeño dio...