"Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa". (Lc 19,1-10) Zaqueo era rico. El tesoro de su vida eran sus riquezas. Un día las puertas de su casa se abrieron y entró Cristo. Ante su Amor todo ya le sobraba Zaqueo trataba de ver a Jesús. Su puesto y la riqueza no le impiden acercarse. El gentío no le permite verlo porque era pequeño. Su creatividad y su interés harán que salte por encima de toda dificultad. Y entonces será Jesús quien lo vea y se quede con él. En Zaqueo nos vemos todos y constatamos el amor de Jesús, que siempre llama a nuestra puerta, esperando un pequeño gesto, que Él desborda con amor abundante y salvación. No vienes a nuestras vidas de visita, vienes a quedarte. Sabes mi nombre, mi historia, mis pecados. Pero nos miras y nos restauras. Eres la fuente de una alegría que nadie nos puede quitar. Es necesario encontrar a Cristo en nuestras vidas. Nos trae a la salvación, nos devuelve razones p...