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Mostrando las entradas etiquetadas como Primer lunes después de Pentecostés

¡Eres Madre!

  " Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre…" ( Jn19,25-34) En la cruz Jesús entrega a su madre. En el discípulo amado estamos todos los discípulos amados de la historia. Y María como madre de ese discípulo amado que es la Iglesia. De su mano, y en su fe, crecemos como comunidad de creyentes. "«Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio." Comenzamos el tiempo ordinario de la mano de María. Ella es la madre de la Iglesia. Es la compañera de Jesús en su educación, en su crecimiento, en su misión. Ella acompañó a Jesús desde el pesebre a la cruz. Y sigue siendo la que acompaña el nacimiento a la fe de muchos de sus hijos. La que está de pie al lado de cada una de las cruces que acompañan nuestras vidas. "Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre…" ¡Somos hijos de la Iglesia, somos hijos de María! Es la gracia la que ha hecho esto Dios ha estado grande con nosotros Somos criaturas nuevas Y la mejor f...

Madre de la Iglesia

  «Mujer, ahí tienes a tu hijo»   (Jn 19, 25-26)   El lunes siguiente a la fiesta de Pentecostés, celebramos esta fiesta dedicada a María, Madre de la iglesia. Ella es nuestra madre. "No hay Iglesia sin Pentecostés. No hay Pentecostés sin la Virgen María y en cualquier lugar donde oran los cristianos con María, el Señor dona su Espíritu Santo". (Benedicto XVI) María acompaña a la Iglesia peregrina y nos ayuda a abrazar, con ternura, nuestra fragilidad, que con tanta fuerza  nos ha descubierto esta pandemia que envuelve a la humanidad. Confiamos a su maternal corazón este tiempo litúrgico que comenzamos para aprender a fiarnos de Dios, que nos ama sin medida y siempre nos espera. Gracias, Jesús, por darnos por Madre a María, tu madre.  Gracias María por acogernos en tu corazón maternal.   María, como madre, ora con nosotros y en nuestro caminar, sus manos nos acarician y alimentan "Junto a la cruz estaban..." ¡Nunca caeremos suficien...

Bienaventurada

"Desde aquella hora,  el discípulo la recibió  como algo propio"   (Jn 19, 25-34) María nos regala a Jesús; y con Él su amor, su paz, su alegría. “La Iglesia lleva a Jesús: ¡Este el centro de la Iglesia, llevar a Jesús! Si hipotéticamente, alguna vez sucediera que la Iglesia no lleva a Jesús, ¡esta sería una Iglesia muerta! La Iglesia debe llevar la caridad de Jesús, el amor de Jesús” (Papa Francisco).    Contigo, María, Madre nuestra queremos aceptar la voluntad del Padre, en aquella obediencia que da fruto, que trae la verdadera victoria sobre el mal y sobre la muerte. “Ahí tienes a tu madre”. Es una invitación que se extiende a todos los creyentes. Debemos recibirla en nuestra casa, hacerla parte de nuestra familia para ayudarnos a vivir fielmente el seguimiento de Jesús