" Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre…" ( Jn19,25-34) En la cruz Jesús entrega a su madre. En el discípulo amado estamos todos los discípulos amados de la historia. Y María como madre de ese discípulo amado que es la Iglesia. De su mano, y en su fe, crecemos como comunidad de creyentes. "«Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio." Comenzamos el tiempo ordinario de la mano de María. Ella es la madre de la Iglesia. Es la compañera de Jesús en su educación, en su crecimiento, en su misión. Ella acompañó a Jesús desde el pesebre a la cruz. Y sigue siendo la que acompaña el nacimiento a la fe de muchos de sus hijos. La que está de pie al lado de cada una de las cruces que acompañan nuestras vidas. "Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre…" ¡Somos hijos de la Iglesia, somos hijos de María! Es la gracia la que ha hecho esto Dios ha estado grande con nosotros Somos criaturas nuevas Y la mejor f...