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Mostrando entradas de mayo, 2023

La alegía del encuentro

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  "¿Quién soy yo para que me visite  la madre de mi Señor?"    (Lc 1, 39-56) Una de las fiestas más bonitas, la Visitación de María... Dos mujeres "de abajo", de futuro incierto, vulnerables y sin seguridades, que celebran a voz en grito y con inmensa alegría la acción de Dios en sus vidas, que supera todo lo imaginable... Y que no saben a dónde las lleva.. El cristianismo es encontrarse, visitarse, cuidar los unos de los otros. Quien vive la cultura y la alegría del encuentro ayuda a construir un mundo en paz. Quien visita, cuida y atiende a los más necesitados es un mensajero del amor de Dios "María se levantó y se puso en camino…hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel" ¡Qué grandeza la de la mujer que alberga vida en su vientre! ¿Acaso no es eso vida interior? Así el vientre de la mujer es verdadero templo María se levanta. No se deja atrapar por lo cómodo ni egoísta. Se pone en camino. Sale de sí m

Ligero de equipaje

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"Recibiréis en este tiempo cien veces más,  con persecuciones, y en la edad futura,  vida eterna"   (Mc 10, 28-31) "Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido" Hoy estas palabras nos dejan perplejos No queremos renunciar a nada Queremos seguir a Cristo pero manteniendo nuestro nivel de vida, nuestros caprichos y comodidades. No se puede nadar y guardar la ropa, amar y guardarse a sí… pero el Señor “devuelve” misteriosamente. “Quién deje casa… por mí y por el Evangelio recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más” .   Dejar todo a los ojos de la evidencia, la sociedad y el bienestar, para vivir con mirada de fe, comunidad y entrega. Dejar casa y seguridad. Hermanos, padres o hijos y afectos. Dejar tierras y bienes. Para ganar cien veces más con persecuciones. Nada de facilidades “Recibiréis cien veces más”. ¿No has tenido esa gran satisfacción de sentirte lleno cuando te has dado por entero? Para llenarte, has de vaciarte. En el Reino no habrá mi

¡Eres Madre!

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  " Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre…" ( Jn19,25-34) En la cruz Jesús entrega a su madre. En el discípulo amado estamos todos los discípulos amados de la historia. Y María como madre de ese discípulo amado que es la Iglesia. De su mano, y en su fe, crecemos como comunidad de creyentes. "«Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio." Comenzamos el tiempo ordinario de la mano de María. Ella es la madre de la Iglesia. Es la compañera de Jesús en su educación, en su crecimiento, en su misión. Ella acompañó a Jesús desde el pesebre a la cruz. Y sigue siendo la que acompaña el nacimiento a la fe de muchos de sus hijos. La que está de pie al lado de cada una de las cruces que acompañan nuestras vidas. "Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre…" ¡Somos hijos de la Iglesia, somos hijos de María! Es la gracia la que ha hecho esto Dios ha estado grande con nosotros Somos criaturas nuevas Y la mejor f