Ir al contenido principal

Quiero

 


«
𝑬𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒆𝒄𝒊𝒃𝒆 𝒂 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒚𝒐 𝒆𝒏𝒗𝒊́𝒆  
𝒎𝒆 𝒓𝒆𝒄𝒊𝒃𝒆 𝒂 𝒎𝒊́»
(Jn13,16-20)

"Jesús terminó de lavar los pies". A veces hace falta situarse a la altura de los pies para darse cuenta de todo lo que puedes ofrecer a los demás. Desde arriba, es más complicado...


El lavatorio de los pies establece un modelo de relación. Acaba la jerarquía y comienza la comunión. Un sistema interpersonal donde no cabe el amo y el esclavo, el que manda y quien obedece, el poderoso y el sumiso. Hasta el traidor es acogido. La novedad del servicio.

"El que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado" La hospitalidad y la acogida como señas de identidad de los que creemos en Él. Acoger al hermano, dejarle sitio... es acogerle a Él, dejarle sitio. Somos de puertas abiertas, de generosidad en la entrega, de dar sin medida lo que somos y tenemos.


El Señor se solía identificar con los más pequeños, frágiles y vulnerables; es decir, con las víctimas de todos los tiempos. Pero también le gusta identificarse con los discípulos, sus enviados, pues ellos llevarán su presencia y predicarán su evangelio y actuarán en su nombre.

Nuestro testimonio no es porque seamos mejores que los demás sino porque Él está con nosotros. De ahí que al mostrar su rostro estamos mostrando la misericordia de Dios que da a sus hijos amados. Conformarnos no es de cristianos.


De Él es la acogida, el compartir y el darse, abrir la puerta y dejar entrar, preparar el sitio y estar juntos, sabernos y sentirnos hermanos...

Somos enviados a anunciar palabras de vida, buenas noticias, que susciten experiencias de salvación. Nos envía Cristo lleno de confianza para que viendo la calidad de nuestro amor sea creíble que vamos en su nombre. No somos nosotros, ni salvadores, ni los protagonistas. Sólo somos pobres hombres y mujeres, que habiendo tenido un encuentro con Cristo, no podemos dejar de compartir lo que hemos visto y oído.

Cosas que quiero

Quiero que mi despertar cada mañana 
sea un canto de alabanza a Dios por el nuevo día.
Quiero que el consumir mis alimentos 
sea un canto de agradecimiento a Dios por el don de la vida.
Quiero que cada paso que dé 
sea un canto de petición por todos aquellos que sufren.
Quiero que el esfuerzo de mi trabajo
 sea un canto de unidad y de paz en este mundo fracturado.
Quiero que mi cansancio
 sea un canto de bendición para aquel o aquella 
que está cerca de mí y me necesita.
Quiero que mis abrazos, mis miradas, mis palabras, mis lecturas 
sean un canto a Dios y a mis hermanos y hermanas.
(Juan Pablo Gil, sj)
 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SAN JOSÉ

Salve, José, amante y tierno padre. Salve, guardián de nuestro Redentor. Esposo fiel de tu bendita Madre y salvador del mismo Salvador. Al buen Jesús pudiste ver sin velo y sobre ti sus miembros reclinó. Al Hacedor de tierra, mar y cielo con cuánto amor le besas y te besó. ¡Oh, qué feliz el nombre de Hijo que dabas! Ninguno fue por Dios tan encumbrado como tú, José. ¡Oh, fiel guardián de nuestro Redentor! Dichoso aquél, José, que tú proteges y el que con fe te invoca en la aflicción, jamás, jamás lo dejas sin amparo y protección. ¡Oh, San José, amante y tierno padre, santo sin par y espejo de virtud! Haznos amar a la divina Virgen y a nuestro Dios y Salvador. “Protege, oh bienaventurado José, protégenos en nuestras tribulaciones. Defiéndenos de las asechanzas del demonio, protégenos con tu patrocinio, y ayúdanos y sostennos con tu auxilio para que podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza”. (León XIII)

Gracias, Señor.

El titulo de esta entrada me la ha do el Papa Francisco esta mañana en su tuit  @ Pontifex_es Termina un año y estamos a punto de comenzar uno nuevo. Se cierra un libro y empieza un nuevo libro con las paginas en blanco. Hoy es un buen momento para hacer balance del año, pedir perdón, dar gracias y pedir ayuda.  En el año que termina ha habido de todo, pero la certeza del amor de Dios ha estado conmigo todos los días. Su ternura la he sentido muchas veces, y muchas veces su mano me ha levantado. Gracias, Señor porque no termino el año sólo y el nuevo lo puedo empezar contigo. Por eso yo no le pido nada al 2015, yo se lo pido a Dios. En tus manos Señor pongo mi vida en este nuevo año 2015

La familia según el papa Francisco

100 consejos de papa Francisco a las familias que se encuentran esparcidos en las catequesis pronunciadas entre diciembre de 2014 hasta septiembre de 2015.   1.   “Permiso”, “gracias”, “perdón”.   En efecto, estas palabras abren camino para vivir bien en la familia, para vivir en paz. Son palabras sencillas, pero no tan sencillas de llevar a la práctica. Encierran una gran fuerza: la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de miles de dificultades y pruebas; en cambio si faltan, poco a poco se abren grietas que pueden hasta hacer que se derrumbe (13 de mayo de 2015). 2. La primera palabra es “permiso” (…) Entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto. La confianza, en definitiva, no autoriza a darlo todo por descontado. Y el amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige   el respeto de la libertad y la capacida...