"Junto a la cruz de Jesús estaba su madre" (Jn 19,25-27). Ayer contemplábamos la cruz como señal inequívoca del amor de Dios a los hombres. Hoy la Iglesia contempla a María junto a la cruz de su Hijo. María al pie de la cruz nos muestra su fe inquebrantable en medio del dolor. Todo parece injusto, pero ha de tener su sentido. María ha sido fiel a Jesús hasta el final. Ha dicho sí cuando todo sonreía y ha dicho sí cuando todo era oscuridad. Su sí ha abierto en el mundo caminos de fecundidad y de esperanza. Cada vez que dices sí a Jesús, también en las dificultades, se ensancha el espacio de tu tienda y Dios te da nuevos hermanos y hermanas a tu cargo, para que los cuides. Cuando miro mi corazón veo tu luz, María. Cuando miro mi corazón, me encuentro con muchos nombres. Gracias por tanta fecundidad, Señor “Y a ti misma una espada te traspasará el alma” (Lc 2, 33-35) María al pie de la cruz. María acompañándote en los dolores. María sufriendo las con...