“Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”. (Lc 10,1-12.17-20). No son pocos los que consideran aún que la fe cristiana es inmovilismo, inacción y falta de compromiso. Pero es lo contrario: supone romper con las parálisis para ponerse en camino de vivir una aventura sorprendente según el dinamismo del amor de Dios. Eso sí, caminando juntos. “ La mies es abundante y los obreros pocos, rogad” Es así…cada vez hay menos vocaciones a la vida religiosa, a la vida sacerdotal, a la vida de los laicos cristianos comprometidos de verdad…tú eres el dueño de la mies, y tú sabes lo que hay…confío plenamente en ti, y no me preocupa el futuro. Busquemos tu reino cada día, y lo demás nos lo darás por añadidura. Sea lo que sea, gracias. “La mies es abundante y los obreros pocos”. Estamos llamados a anunciar. ¡Nos ponemos en camino! Es nuestra misión. Enviados a caminar, a anunciar, a seguirle. No sirve sólo decir, se necesitan...