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Mostrando las entradas etiquetadas como Jeremías

Insiste

  "También los perrillos se comen las migajas  que caen de la mesa de los amos"   (Mt 15, 21-28)         “Con amor eterno te amé”. Solo basta experimentar lo que dice el profeta Jeremías (31,1-7) en la primera lectura de hoy para levantar el ánimo cuando nos sentimos poco queridos o sin amor: todo pasará menos el amor de Dios por nosotros. Porque su amor por cada uno de nosotros no tiene fin. Ahora solo falta creerlo. La mujer extranjera le insiste para que Jesús cure a su hija. Jesús en principio es reacio. Ella insiste. Esta es la fe, insistir, perseverar, proponer, llamar, desear que sea Él quien nos encuentre y nos cure. La fe grande es la que no desespera e insiste. “Ten compasión de mi, Señor, Hijo de David”. Una oración que podemos hacer nuestra. Necesitamos de la compasión del Señor para afianzar nuestra fe. Así se hará su voluntad en nosotros. "También los perrillos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos...

Unidos

  “Si yo echo los demonios con el dedo de Dios,  entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros”    (Lc 11,20).    Confundir la acción de Jesús con la de Belzebú es estar lejos de la verdad. Por aquí anda el pecado contra el Espíritu: decir que Jesús no traía salvación sino demonio. Un engaño en el que no se es capaz de descubrir el paso de Dios por la vida. Se desparrama el bien, la belleza y la verdad. Estar de parte de Jesús y reconocerlo requiere discernimiento La falta de discernimiento genera confusión, injusticia, división y violencia. Cuando caminamos juntos, el Evangelio es como una luz encima del candelero.  ¿Dónde estás? ¿Con quién estas? Dios nos quiere muy unidos a Él. ¿Realmente lo estás? ¿O solo “de boquilla”?   Ante la impaciencia humana, Dios se vuelve paciencia infinita.  Ante nuestro pesimismo, Dios se vuelve renovada esperanza.  Ante nuestros desvaríos, Dios se vuelve derroche de miserico...