"El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él." (Jn 14,21-26). Aceptar los mandamientos y guardarlos es signo de amar y ser amado. Vivir de acuerdo a un estilo de vida que no se puede atrapar en normas y reglas, porque lo desborda. Amar al estilo de Jesús. Sin condiciones y abiertos al don del Espíritu. «El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama» No se trata sólo de conocerlos sino de cumplir y hacerlos vida. Porque nuestra fe no es algo que se deba dar sólo hacia el interior sino que el mayor testimonio es el que damos en la día a día con lo que hacemos y amamos. "El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él." La vida cristiana implica el misterio de ser habitado por Dios. No es una idea pretenciosa; es una promesa revelada por Jesús: en la raíz está el amor que lleva a guardar su palabra; un amor que brota de Dios Padre. El Padre y él...