"¿Quieres quedar sano?" . (Jn5,1-16). A lo largo del Antiguo Testamento el agua ha venido siendo considerada como señal de la bendición de Dios. Igualmente, a lo largo del Nuevo Testamento el agua es vida, resurrección y anuncio del bautismo en el Espíritu Santo. Esa « agua viva » es, en definitiva, Jesús mismo, como lo vemos hoy en el milagro del paralítico « que no contaba con nadie ». Esa prodigiosa agua es don de Dios –unido necesariamente al conocimiento de Jesús– porque Él es el regalo insuperable que el Padre nos ofrece, para que el mundo tenga vida. La historia del hombre sanado junto a la piscina de Betesda es un mensaje de esperanza para todos. Nos recuerda que Dios siempre está dispuesto a ayudarnos, no importa nuestra condición o nuestras circunstancias. Solo necesitamos tener fe y obedecer su palabra. "¿Quieres quedar sano?" . Esta pregunta es más que obligada en los tiempos que corren. Porque no se puede dar por supuesto que se desee s...