“El día del juicio les será más llevadero a Sodoma que a ti” (Mt 11,20-24). Somos "un pueblo de dura cerviz": nos cuesta mucho avanzar por el camino de la conversión. Con frecuencia pensamos que todo el mundo tiene que cambiar, pues todos viven en el error, todos están equivocados, todos han de convertirse. Y el Señor me incluye, en el "todos", a mí. Señor, dame un corazón sensible y humilde para reconocer tu presencia y convertirme sinceramente a Ti. "Se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho la mayor parte de sus milagros." El Jesús con el que oramos es manso y humilde de corazón, pero también es capaz de recriminarnos por amor. No ha venido a ser condescendiente, sino a qué nazcamos de nuevo. Es paciente, misericordioso, pero sufre al vernos sufrir, tener, enterrar los talentos y capacidades que nos ha dado. La exigencia sin amor tiraniza. El amor sin exigencia atonta. El amor con exigencia expande, libera, nos hace crecer. ...