Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como espíritu inmundo

No puede imponerse

  "Todo se les podrá perdonar  a los hombres."   Mc 3,22-30 Los escribas atribuyen el poder de expulsar demonios a Belzebú. Es creer que el mal vence al mal. Negarse a reconocer la acción de Dios en la liberación del mal, impide que Dios actúe. Cuando nos convertimos en dioses de razones y verdades, el demonio divide y gana Una de las cosas más sorprendentes de la cerrazón humana es llegar a interpretar lo bueno como lo más perverso, la sanación de los malos espíritus obrada por el jefe de los demonios. Cuando tal confusión se produce, estamos cerca de la autodestrucción y sólo queda convertirnos. Tenemos que mirar con buenos ojos a los demás, dejar de hacer y tener prejuicios de ellos. Ser cuidadosos con la crítica, con el falso testimonio, con la sospecha permanente. La presencia de Dios en los otros no se puede ni cuestionar ni negar, sean de donde sean. Dios quiere, ama y se hace presente en todos. «El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdó...

Con autoridad.

  “Jesús lo increpó:  Cállate y sal de él”    (Mc1,21-28) Jesús entra en la sinagoga a enseñar. Sus enseñanzas asombran porque lo hace con autoridad. La autoridad, a diferencia del poder, no impone ni abusa. Busca hacer crecer, respeta y estimula. Propone un modelo coherente que dice lo que hace y hace lo que dice. El Señor no es un charlatán: desde el comienzo manifiesta una enseñanza nueva con autoridad, es decir, se da él una plena coherencia entre sus palabras y sus hechos, entre su predicación y los hechos que confirmaban sus palabras. Incluso los espíritus inmundos le obedecen A todos les llama atención. ¿Por qué? Muy sencillo, Él habla de otra manera, su mensaje es nuevo, su propuesta diferente, sus gestos hacen el bien, sus palabras acogen y curan. Reconozcámoslo como Señor, mantengamos con Él una relación personal.   Reconocerle como Señor, entablar con Él una relación personal, hacer de Él sentido de nuestra vida, adorarle como verdadero Dio...